“ Sandino no solamente fue el guerrero que levantó el fusil y derrotó a la invasión yanki, sino que fue el pensador, el filósofo el creador del pensamiento revolucionario, que sienta las bases a partir del principio de la Soberanía, porque un país sin soberanía, sencillamente no es país, no es Patria”. (Comandante Daniel Ortega Saavedra, 18 de mayo 2015)
Sandino, un preclaro militante de la lucha anticolonial, en la teoría y en la práctica. Visionario de los tiempos más cercanos, junto con Bolívar y Martí, Sandino alumbra con sus ideas a los patriotas y revolucionarios del Siglo XX y aún hoy, a los del Siglo XXI.
La Soberanía no es para Sandino, una consigna o una carta de presentación demagógica, para presentarse a elecciones. Para Sandino la Soberanía es la esencia, la savia de su vida y el corazón de la Patria.
En el extraordinario libro de Aldo Díaz Lacayo “Sandino Plan de Realización del Sueño Supremo de Bolívar” (aldiláeditor@yahoo.com) encontramos textos y reflexiones que son precursores de los gobiernos progresistas y revolucionarios de hoy día, aunque varios de sus presidentes o presidentas no los hayan leído y muy pocos de nosotros. Este Plan, que propone Sandino, es una obra maestra para la integración de Nuestramérica.
La Soberanía es el eje central alrededor del que gira el desarrollo teórico y práctico del Pensamiento de Sandino.
La lucha y defensa del territorio nacional cuando habla del canal, la lucha contra la invasión yanqui, la defensa de la construcción de un Gobierno Nacional, dirigido por patriotas, destinado a compartir la riqueza y, la integración indoamericana, la Patria Grande, el Sueño de Bolívar, de Fidel, del Che, de Daniel, de Chávez, de todes nosotres.
La vigencia plena de esta visión política, la reencontramos en los gobiernos progresistas y revolucionarios de hoy, un siglo después de continuas batallas antioligárquicas, anticoloniales y antiimperiales, que tanta muerte, prisión y tortura ha costado y nos sigue costando aún hoy, con el resurgimiento fascista de la ofensiva conservadora.
Los ejes comunes que nos trae el pensamiento Sandinista al Siglo XXI, nos hablan de una Soberanía sustentada en 4 elementos fundamentales, que de una u otra manera y, con mayor o menor profundidad, han sido incorporados por gobiernos soberanistas de Nuestramérica, desde México con Lázaro Cardenas, Cuba con Fidel, Perú con el Gobierno del General Juan Velasco Alvarado, Chile con Salvador Allende, Nicaragua Con Daniel Ortega. Posteriormente y ya en los albores del Siglo XXI, Venezuela con el Comandante Chávez, Honduras con Zelaya, Brasil con Lula (en su primer periodo y ahora en el segundo), Uruguay con el Frente Amplio, Paraguay con Lugo, Bolivia con Evo, Argentina con Kirchner y Cristina Fernández, Ecuador con el Presidente Rafael Correa. En toda la primera etapa de las nuevas democracias y hoy se retoma con el importantísimo añadido de Bolivia con Arce y México con AMLO. Hago este recuento porque me parece fundamental entender los denominadores comunes que vienen navegando en el inconsciente (o debería decir consciente) colectivo de nuestros pueblos, desde tiempos de Túpac Amaru, hasta nuestros días y que, con el ordenado pensamiento de Sandino, cobran un impulso nuevo, aunque ya tienen 100 años de vigencia. Estos ejes son:
Primero, en lo internacional, la construcción de la Patria Grande como un bloque capaz de resistir y vencer a los sueños imperiales hegemónicos de la “gran sanguijuela el Norte”. Esta visión que se expresa en diversos textos y documentos firmados por el General de Hombres Libres convocando a la Alianza Latinoamericana, de 21 países como la llamaba.
Los Presidentes y Presidentas (Dilma, Cristina, Xiomara) trabajaron y trabajan en la construcción de la CELAC, de la UNASUR. Ambos organismos regionales aparecen como la concreción más práctica y vigente en este camino.
Saboteados desde un inicio por las oligarquías, retoman vida con el resurgimiento de los gobiernos soberanistas. El camino del multilateralismo y la apertura real a todos los países del mundo, son una batalla contrahegemónica en este tiempo de confrontación.
Segundo, la defensa de los recursos naturales como patrimonio de la Nación y por lo tanto como beneficio de sus habitantes. En el caso de la Nicaragua del tiempo de Sandino, el tema principal de los recursos naturales se concentró en la defensa de la Soberanía sobre el proyecto del Canal. Nicaragua fue y es apetecida por ser un territorio por donde es factible construir un canal interoceánico, aprovechando, entre otros recursos, el Lago Cocibolca o el Gran Lago de Nicaragua. Sandino defendió la soberanía sobre ese posible proyecto e incluso sostuvo que debía ser un proyecto latinoamericano.
En este aspecto todos los Gobiernos Soberanistas del Siglo XXI, tienen como denominador común la renegociación de los contratos extractivistas para la defensa de los recursos naturales; la defensa de la soberanía alimentaria, la defensa del agua, de la Amazonía, del medio ambiente, de sus mares. Es decir, la Soberanía tiene nombre y apellido, porque de ella depende la Independencia de la Nación y el bienestar de sus habitantes.
Tercero, la Soberanía entendida como la redistribución de la riqueza que generan estos recursos, en beneficio de las grandes mayorías nacionales. En programas social demócratas más o menos radicales, o de hecho socialistas, este proceso ha sacado de la pobreza a millones de latinoamericanos. El acceso a la salud, educación, crédito, seguridad ciudadana, como hoy ocurre en Nicaragua. En Sandino el concepto cooperativo de la producción y su visión socialista es igualmente precursor en este aspecto.
Cuarto, la participación popular en la toma de decisiones. La democracia directa, masiva, incluso la propone a nivel latinoamericano para las decisiones que afecten al conjunto de nuestro espacio. Sandino trae la influencia de los albores del socialismo y las ideas libertarias de los anarquistas aurorales, de artesanos, obreros, de la Revolución Mexicana, e importantes influencias de latinoamericanos ilustres. Lo que queda como guía principal, sin ninguna duda es el pensamiento y práctica de Simón Bolívar, al que aún hoy, tanto temen las lumpenoligarquías que nos gobiernan, sin ninguna autoridad más que la de las armas y las de la amenaza yanki.
Dos simples reflexiones finales. Uno, por qué vamos a respetar gobiernos que se dedican saquear nuestros recursos a beneficio propio o de extranjeros, y que tienen la desfachatez de colocar sus ganancias en paraísos fiscales, evitando pagar impuestos, que sí nos cobran al común de los mortales. Por qué vamos a respetar a gobiernos que expulsan a sus habitantes, los persiguen por ser migrantes (como si ello fuera un delito) y luego se apropian de sus remesas con mil y un artilugios, escondiendo las ganancias que les producen, en sus propias cuentas bancarias. Estos gobiernos merecen el repudio y nos duele y desconsuela siempre que los pobres votan por la derecha, como ocurre tantas veces, en todas las latitudes, aunque ello tenga mil explicaciones. Se avecinan elecciones en Ecuador, votar por el progresismo o por la izquierda, como lo queramos llamar, es un deber patriótico.
Dos, quisiera terminar esta reflexión, principalmente dirigida quienes poco conocemos del pensamiento de Sandino, con un texto suyo que hoy podemos aplicar casi textualmente a la construcción de la CELAC y la UNASUR y a cualquier otro instrumento de integración latinoamericana. Bolívar, Martí, Sandino conforman la trilogía angular del pensamiento y acción de la construcción de Nuestramérica.
“…la necesidad vital que tiene nuestra América Latina de realizar una Alianza previa a una Confederación de los veintiún Estados que la integran, asegurando de ese modo nuestra libertad y nuestra soberanía interiores, amenazadas por el más voraz de los imperialismos, para cumplir seguidamente con el gran destino de la Nacionalidad Latinoamericana ya culminada, como tierra de promisión para los hombres de todos los pueblos y todas las razas. El Chipotón, Las Segovias, CA. A los 20 días del mes de marzo de mil novecientos veintinueve. Patria y Libertad. Augusto C. Sandino”
En este combate antihegemónico, esa es la tarea que tenemos por delante, en defensa de la paz, de la supervivencia de la especie humana, de nuestras culturas, de nuestros pueblos, de Nuestramérica.