Autor: Fabrizio Casari
La votación en Argentina desconcierta y preocupa. No tanto y no sólo por el destino que le espera al país gaucho que ha ido a parar a manos de un personaje que no pasaría ninguna selección basada en el coeficiente intelectual, tanto como por lo atractivo de sus locuras sobre un país que, aunque atrapado en las redes del peronismo agónico, aunque huérfano de la memoria de sus peores años, aquellos vividos con el terror en las venas y la sangre en las calles, está dotado de la suficiente cultura e historia política como para poder distinguir a un original de un loco, a un social-confuso de un fascista, además inmerso en un delirio místico que en Europa sería tratado con TSO.
Argentina confirma que cuando el sistema imperial impulsado por los anglosajones percibe riesgos de colapso, está dispuesto a utilizar cualquier recurso para mantener el liderazgo.