Autor: Jesús Enrique Tinoco Gómez

Prácticamente se cumple medio mes desde el día de las elecciones en Venezuela, en esa oportunidad (01/08/24) sosteníamos que no se puede analizar este caso sin considerar el enfrentamiento que existe entre un «orden basado en reglas» (las de ellos, que las cambian cuando les da la gana) perdiendo la parada con la propuesta multipolar y en cuyo enfrentamiento el petróleo tiene papel esencial.
En efecto, el hecho de Venezuela poseer la mayor reserva mundial de petróleo y gas, transportable a Estados Unidos por vía marítima en 06 días, lo convierte en motivo de codicia, tanto por el volumen cuanto, por la distancia de otros proveedores, que alcanzan 21 días o más de transporte; aún más si se considera que Arabia Saudita tiene iniciadas negociaciones para incorporarse a los BRICS, hecho que afectaría el abastecimiento de petróleo y gas; considerando que durante la guerra en Ucrania los EEUU se comprometieron suplir a los países europeos que se quedaron sin el petróleo y gas rusos, más baratos; es decir, están enredados en su propia trampa y Venezuela sería una alternativa excelente si estuviera administrado por un gobierno que acepte la tutela de EEUU que, en este caso. no es el de Nicolas Maduro.

Pero podría ser uno liderado por María Corina Machado, quien en 2002 Fundó SÚMATE, ONG financiada por la Fundación Nacional para la Democracia (NED), una institución estatal estadounidense creada en la década de 1980 para actuar en la política exterior de Estados Unidos; a través de esta organización apoyó directamente el golpe contra Hugo Chávez; derrocado Chávez asumió , Pedro Carmona Estanga, quien se autoproclamó presidente de Venezuela y firmó un decreto que clausuró el Congreso, anuló la Constitución, disolvió el Tribunal Supremo y suspendió las garantías legales. María Corina fue una de las más de 300 personas que formaron parte del efímero gobierno golpista y firmaron el llamado «Decreto Carmona». 48 horas después Hugo Chávez retornó a la presidencia.

2005 visitó la Casa Blanca y se reunió con el entonces presidente de los EUA, George W. Bush.
2010, Machado fue elegida diputada por el estado Miranda, pero no terminó su mandato. Fue destituida en 2014, tras aceptar un cargo como embajadora de Panamá (¿?) ante la OEA (Organización de Estados Americanos), violando el artículo 149 de la Constitución venezolana que impide a los funcionarios públicos aceptar cargos en gobiernos extranjeros sin la autorización del Congreso. Según María Corina, el cargo ofrecido por el gobierno panameño serviría para «denunciar la violencia cometida» por el presidente Nicolás Maduro.

En octubre de 2020 participó en el lanzamiento de la “Carta de Madrid”, promovido por el partido de extrema derecha español Vox, con suporte de la Fundación Disenso, con la amable compañía de Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro, Javier Milei, ahora presidente de Argentina, Giorgia Meloni, Rafael Lopez Aliaga et caterva.

Apoya el genocidio de Palestinos por Israel, habiendo ofrecido a Netanyahu llevar la embajada de Venezuela a Jerusalén si es elegida presidente de Venezuela.

Como ya se estableció anteriormente Nicolás Maduro concurrió a la re elección, lo que supone que seguirá resistiendo a la política agresiva de Estados Unidos que, sumariamente se puede resumir utilizando un trecho de la introducción del libro “Sanciones económicas como castigo colectivo: El caso de Venezuela” de Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs, publicado en mayo de 2019:
“Encontramos que las sanciones han infligido, y progresivamente infligen, daños muy graves a la vida y la salud humanas, incluidas más de 40 000 muertes entre 2017 y 2018; y que estas sanciones encajarían en la definición de castigo colectivo de la población civil, tal como se describe en las convenciones internacionales de Ginebra y La Haya, de las cuales Estados Unidos es signatario. Estas sanciones también son ilegales según el derecho internacional y los tratados que ha firmado EEUU, y parecería ser que también violan la legislación estadounidense.”

Así como buscará (o debería buscar) superar los errores de gestión que se arrastran desde el periodo bajo responsabilidad de Hugo Chávez y que continúan en el periodo bajo su responsabilidad. Lo que no retira el peso tal vez preponderante, de las numerosas y sistemáticas sanciones impuestas a Venezuela. Característica (la de imponer sanciones) que se ha convertido distintiva de los Estados Unidos y sus satélites, como puede verificarse actualmente entre otros en: Irán, Siria, Afganistán, Irak, Libia, Cuba y, más recientemente, Rusia y China.

La oposición, o para mayor precisión el sector dominante de la oposición, por su parte conduce su campaña en torno de la “defensa de la democracia y el estado de derecho”. La revista Nueva Sociedad publica el 06 de agosto una entrevista conducida por el periodista Pablo Stefanoni a la también periodista Luz Mely Reyes y al economista Andrés Caleca, quienes se pueden considerar representativos del grupo opositor “liderado electoralmente por Edmundo Gonzales y dirigido políticamente por Corina Machado”, según su propia explicación.

A la primera pregunta que versa sobre cómo funciona el sistema electoral y cuál es el problema concreto en torno de las actas de votación, le respuesta es directa:
En primer lugar, es importante destacar que no se trata de que no aparezcan las actas, que efectivamente ya aparecieron. Las que muestra la oposición, y las que muestra el partido Centrados –que hizo una alianza con el Partido Comunista– son copias de las actas que reciben los testigos de los distintos partidos políticos que participaron en esta elección. Las actas aparecieron y están subidas a una plataforma que diseñó la organización Plataforma Unitaria, a la que pertenece María Corina Machado.
Esto es importante, pues si las actas existen y ya son conocidas por todos, el problema está en la divergencia de sus contenidos. Sobre esto, los contenidos, se conoce que el Consejo Nacional Electoral – CNE hizo una presentación descalificando las actas de la oposición, presentación que no fue respondida, como tampoco fue divulgada por la prensa corporativa, por lo tanto continúa desconocida del publico mayoritario de occidente.

Según France 24 la composición del CNE incluye tres miembros oficialistas y dos de la oposición; si es así cabe la interrogación ¿porque los rectores (denominación oficial) de la oposición no denuncian que hay fraude? Hay dos opciones: miedo o ausencia de fraude.

Hasta aquí todo apunta para una estrategia de la oposición sin interés real por contar las actas o aclarar los procedimientos del CNE buscando, en realidad, generar y mantener hipótesis posibles, cuya solución ocurra fuera del sistema de justicia venezolano.

Pero esta estrategia no es para esta coyuntura, en realidad es una estrategia permanente, como se puede acompañar a través de los dos casos siguientes:
Uno, como se registra en una respuesta de la citada entrevista en la revista Nueva Sociedad: … Allí se tomaron las decisiones que él mencionaba, pero también otra más, que fue la del cese del «gobierno interino» de Juan Guaidó. Nosotros teníamos un gobierno interino e imaginario en Venezuela, que manejaba dinero, pero no controlaba territorio… Ahora bien, después de entender todo lo que pasó a partir de la caída de del «gobierno interino», del pase de Juan Guaidó al exilio y la emergencia del liderazgo carismático de María Corina Machado, creo que debemos pensar en los problemas de la cúpula gubernamental; tal cual.

Dos, en 2012, el presidente Jimmy Carter certificó las elecciones venezolanas como «las más perfectas que había presenciado» en 2012. Cerrar las oficinas de la agencia en territorio venezolano en 2015, tras ser atacada internamente. Ahora, la directora ejecutiva del centro ha dicho públicamente dos cosas que «no pudo certificar las elecciones en Venezuela como democráticas» en gran parte debido a las restricciones que se impusieron a los candidatos de la oposición y a los votantes residentes en el extranjero, y que no había «indicios» de que la base de datos del CNE hubiera sido atacada.

Es probable que no darles a las elecciones en Venezuela carácter de «democrático», tenga que ver con el llamado «Acuerdo de Barbados» (firmado el 23 de octubre de 2023) donde había una «cláusula secreta» en la que EE.UU. eliminaría todas las sanciones contra Venezuela si las elecciones del 2024 eran «democráticas»; no hubo ninguna demanda para la salida de Maduro, la alternativa era lo declarado por la CEO de la Fundación Carter.

La segunda declaración es clave, si los ataques de DDoS de los que ha sido víctima Venezuela no son principalmente ataques de intrusión, lo más probable es que no hayan dañado las bases de datos del CNE. Solo impidieron la llegada de los documentos, con tiempo suficiente para generar incertidumbre…y buscar soluciones fuera del sistema de justicia venezolano.

Nuevamente, en la ya citada entrevista las palabras finales son: “No podemos aceptar que se desconozca lo que ha sido un verdadero proceso constituyente. Porque el 28 de julio en Venezuela eso fue lo que sucedió: un proceso constituyente del cual participaron millones de venezolanos y venezolanas que salieron a votar para exigir un cambio de gobierno.” Es decir, el objetivo no fue ganar las elecciones, por ello el asunto de las actas es secundario, sino cambiar el gobierno, tener uno alineado con los intereses de la matriz. Al final, la mayor reserva de petróleo del mundo justifica la inversión.
Inclusive cuando el inversionista es “El mejor congreso que el dinero puede comprar” según Dan Rhater, periodista norteamericano que dio ese título a dos artículos, el primero de enero 1975 y el segundo en 2006.

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